Estación 9: Habitación 109

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Todo bajo control – Adquisición de datos, almacenamiento de olores y medidas de desintegración

 

Para la Stasi, prácticamente todos los ciudadanos eran potencialmente sospechosos, por lo que intentaba recopilar toda la información que les fuera posible. A menudo, los oficiales del ministerio recibían también información sin necesidad de pedirla, por ejemplo, de las cartas críticas que los lectores enviaban al diario “Leipziger Volkszeitung”, que por aquel entonces era el periódico del distrito del SED. También había ciudadanos que entregaban los panfletos que encontraban. La Stasi ponía entonces en marcha sus investigaciones como si estuviera tratando con las peores ofensas criminales. Huellas digitales, pruebas de saliva, pruebas caligráficas y pruebas de olores, todo destinado a ayudar en la búsqueda del criminal. Las pruebas caligráficas se archivaban en un “almacén de escritos del delito”, las pruebas de olor en un “almacén de olores”.

 

(Kopie 2)

(Kopie 3)

 

El Departamento XX y las oficinas administrativas locales eran responsables del “tratamiento” de opositores, tanto presuntos como reales. Para ello, realizaban los llamados “controles operativos de personas” (OPK) y “procedimientos operativos” (OV). Este proceso podía culminar con la detención y juicio por un delito a menudo construido a medida o con la desintegración del opositor, que pasaba desapercibida ante los demás. El objetivo de este método era, por ejemplo, el descrédito del afectado entre sus conocidos, vecinos y compañeros de trabajo, la provocación consciente de crisis vitales y conflictos e incluso el distanciamiento dentro de las familias, entre padres e hijos. Los supuestos opositores debían estar sometidos de tal manera a miedos, dudas y crisis, tanto laborales como personales, que no tuvieran ya fuerza para realizar actividad opositora alguna. El funcionamiento de la desintegración se enseñaba a los oficiales del ministerio en la cátedra de Psicología Operativa de la “Facultad de Derecho” de Potsdam, una institución sólo accesible para los empleados de la Stasi. En las clases, los docentes transmitían también los conocimientos necesarios para trabajar de manera óptima con los colaboradores extraoficiales.