Estación 7: Habitación 107 y 108
El ministerio desarrolló mecanismos de control y observación a gran escala para obtener datos relevantes. Siempre que era necesario que los colaboradores de la Stasi trabajaran de incógnito, el Departamento de Técnica Operativa (OT) les equipaba con carnés, autorizaciones y tarjetas de acceso falsificadas. En el taller de enmascaramiento había además barbas, pelucas, gafas y tripas falsas. Los empleados de la Stasi disponían incluso de maletas preparadas para disfrazarse. La maleta “obrero de la construcción” la utilizaban, por ejemplo, cuando querían observar algún portal desde un andamio sin ser reconocidos. También estaban disponibles los modelos “fotógrafo” y “árabe”. En Leipzig existía un taller de entrenamiento del ministerio para que los empleados aprendieran a fabricarse ellos mismos sus útiles de enmascaramiento.
La recogida de datos se solía realizar de manera conspirativa. Conspiración era la palabra clave del MfS para todos aquellos aspectos de su trabajo que debían permanecer ocultos del “enemigo”. Así, los servicios secretos desarrollaron técnicas de fotografía conspirativas, escondiendo cámaras en chaquetas, bolsos, bolsas de la compra con estampados de flores y hasta barrigas falsas. Para fotografiar clandestinamente a personas y objetos, el MfS utilizó tanto cámaras normales, adquiribles en cualquier comercio, como cámaras especiales construidas por encargo. Las cámaras eran productos del país o de los países hermanos socialistas, pero también había entre ellas muchos productos occidentales. Igualmente, se utilizaron técnicas especiales para otros fines, como para la comunicación clandestina. Un ejemplo de ello son los fotófonos, que posibilitaban un intercambio de información hablada prácticamente imposible de interceptar.
Dentro de sus actividades de vigilancia, la Stasi realizaba también “registros conspirativos de viviendas”. El responsable de este área era el Departamento VIII. Los empleados del ministerio se hacían con moldes de las llaves de las viviendas que querían registrar y realizaban duplicados de éstas. Antes del registro, se realizaban fotos de situación con una cámara Polaroid, para evitar que se notara cambio alguno en la vivienda al abandonarla. Para la documentación de las “pruebas escritas” encontradas, la Stasi utilizaba diversas reprocámaras portátiles y de vez en cuando también cámaras de pequeño formato. El Departamento VIII era también responsable de la colocación de micrófonos para la grabación de conversaciones en viviendas privadas, oficinas y habitaciones de hotel.